La Ilustre y Venerable Cofradía de Nuestra Señora del Santísimo Rosario

o de los Nobles de la villa de Vivero

 
         
   

Una de las más antiguas e ilustres instituciones que participan en la Semana Santa Viveiresa es la Ilustre y Venerable Cofradía de Nuestra Señora del Rosario o de los Nobles. A ella compete el organizar el secular acto del "Desenclavo" o "Descendimiento", la solemne y tradicional procesión del "Santo Entierro", ambos en la tarde del Viernes Santo, y, en la mañana luminosa del Domingo de Resurrección, el "Santo Encuentro Eucarístico". Las dos primeras, fundación de la propia Cofradía; la del "Santo Encuentro Eucarístico", compromiso adquirido por la extinta "Cofradía de La Cruz de la Soledad" con sede en el desaparecido convento de Santo Domingo[1] y que tuvo como regalía tal celebración. .

 

El Desenclavo o Descendimiento

 

Se celebra en la tarde del Viernes Santo tras los Oficios litúrgicos de la parroquia de Santa María del Campo. El acto está basado en los textos evangélicos.

Sobre un tablado instalado delante del ábside del templo románico, cubierto con crespón negro que sirve de fondo, aparece un Cristo crucificado de brazos articulados; delante de él y en el suelo, una urna. A un lado y otro del Crucificado, la Dolorosa y San Juan, imágenes que en otros tiempos desfilaron en la procesión del Santo Entierro y que ahora se utilizan en este acto. Apoyadas en los brazos de la cruz, dos escaleras a las que suben sendos cofrades revestidos de ropa talar. Un grupo de soldados romanos completan la escena.

Frente al tablado, apoyado en la fachada del monasterio de la Concepción, un púlpito desde el cual el predicador va narrando los misterios de la muerte del Salvador y glosando el relato evangélico[2]. A su palabra, los cofrades, subidos a las escaleras, proceden a retirar los atributos de la Pasión (clavos, corona de espinas, INRI) para luego bajar con sumo respeto y devoción el cuerpo del Cristo, que envuelven en blanco sudario y lo depositan en la urna.

Merece resaltar la imagen del Cristo crucificado, cuyo cuerpo no se corresponde con la cabeza, obra sensiblemente posterior y que queda disimulada por la enorme peluca de cabello natural que lo cubre. El San Juan y la Dolorosa son imágenes articuladas.

Este acto del "Desenclavo" o "Descendimiento", desde el siglo XIV[3] hasta el año 1851[4] en que fue trasladada la Cofradía a la Parroquia de Santa María del Campo, se celebró en el interior del templo conventual de Santo Domingo, al pie de la escalinata que daba acceso a la capilla mayor[5]. El orador ocupaba el púlpito que estaba en el crucero, adosado a la columna del lado del evangelio.

Advertimos que la cruz, de la que pende en cuerpo de Cristo, es de enorme longitud. Se trata de la misma que se utilizó en dicho convento; para poder adaptarla a las proporciones del ábside, hubo que cortarla en más de un metro.  

 

El Santo Entierro

La procesión del Santo Entierro, organizada desde tiempo inmemorial por esta Cofradía, es quizás la más solemne y majestuosa de la Semana Santa de Viveiro.  Está basa en relato evangélico[6] y constituyó, desde los comienzos de la Cofradía, el principal motivo procesional.


 

[1] Archivo Parroquial de Santa María del Campo de Viveiro (APSMV), Constituciones de la Cofradía del Rosario, f. 16 v.

[2] (Mt. 27, 33-66), (Mc 15, 22-47),  (Lc 23, 33-56), (Jn. 19, 18-41).

[3] DONAPETRY IRIBARNEGARAY, Juan, "Historia de Vivero y su Concejo", pág 374, A. Santiago, Vivero 1950.

[4] APSMV, Constituciones de la Cofradía del Rosario, f. 246 v.

[5] PARDO VILAR, Aureliano, "El Convento de Nuestra Señora de Valdeflores (apuntes históricos)", Boletín del Museo y de la Comisión de Monumentos de Lugo

[6] (Mt 27, 57-61), (Mc 15, 42-47), Lc 23, 50-54), (Jn 19, 38-42)

Tiene su estación en la parroquia de Santa María del Campo, en la actual capilla del Rosario, antiguamente llamada de los Dolores[1]. Desfila en la tarde del Viernes Santo, tras la celebración del "Desenclavo" o "Descendimiento".

Abre la comitiva la Banda TAU, con sus uniformes de casaca roja y plumachos en la parte superior del sombrero, desfilando marcialmente al son de sus cornetas, gaitas, tambores y timbales.

Sigue la monumental cruz parroquial de Santa María del Campo, obra en su origen del platero lucense Pedro Rodríguez Blanco del año 1561 a la que se le han realizado multitud de restauraciones y arreglos, principalmente en los siglos XVIII y XIX[2].

Tras la cruz, la imagen de "María Magdalena", obra del escultor valenciano José Tena (1908) y donada por doña Esperanza Mosteiro Dopico. En esta talla el artista refleja todo el abatimiento y dolor contenido de la mujer que regresa del Calvario, tras el misterio de la muerte del Señor. El motivo iconográfico está sacado del cuadro "El regreso del Calvario", obra de Azambre. Esta imagen fue regalo de los señores Dopico Fernández a la Cofradía[3].

Los estandartes de la Cofradía de "O Nazareno dos de fora" y de la Hermandad de "La Santa Cruz", participan también es ese desfile procesional.

Tras los estandartes, la "Banda Naval" con sus cornetas, tambores, timbales y gaitas marca el ritmo del desfile y precede a la imagen de "San Juan", barbilampiño, vistiendo abundante y vistoso manto de terciopelo y con aureola radiada de plata bruñida. Esta imagen fue adquirida por subscripción popular a iniciativa del celoso sacerdote don Manuel de Eduardo. Es su autor el citado don José Tena (1908) y la donante de la aureola, la camarera doña Dolores Abadín de Melón[4]. Este San Juan sustituyó a otro más antiguo que se conserva en las dependencias de la Cofradía.

Sigue a la imagen de San Juan, el estandarte de la "Hermandad de Las Siete Palabras" . 

Un grupo de cofrades, vistiendo ricos uniformes de soldados romanos, acompañan y custodian el paso del Cristo Yacente. La primera vez que se incorporaron los soldados romanos a la procesión fue en el año 1952 y sus uniformes costaron 2.401'30 pesetas[5]; hoy lucen excelentes uniformes de moderna confección.

Unos niños vestidos con hábito de terciopelo negro portando los atributos de la Pasión de Cristo: INRI, dados  y clavos de plata, martillo de plata y ébano, preceden al Cristo Yacente. 

Dos cofrades vistiendo el hábito de terciopelo negro, cubiertos con capirote y arrastrando larga cola, portan sendos estandartes; uno con el INRI y otro con SPQR.

El monumental Cristo Yacente es obra del tallista José Tena (1908).  En el cuerpo del Cristo se contemplan las huellas lacerantes de la Pasión.  Se trata de un cadáver de Cristo, todavía sin estar afectado por la "rígido mortis", que reposa sobre rico sudario que cubre un suelo de abruptas rocas. Velan el cadáver cuatro ángeles que portan los atributos de la Pasión. Dato curioso; el coste de esta imagen fue de 2.750 reales[6] Esta imagen sustituyó a otro Cristo Yacente que desfilaba en urna de cristal a hombros de cuatro sacerdotes revestidos con alba y estolones. Custodian la imagen la Guardia Civil con los fusiles boca a bajo en señal de duelo.

La banda de tambores y cornetas de la "Ilustres y Venerable Cofradía de Nuestra Señora del Santísimo Rosario" sigue al paso del Cristo Yacente

A continuación, el estandarte de la "Hermandad del Prendimiento" y seguidamente "la Cruz de la Soledad" o "Cruz desnuda", haciendo volar una rica sabanilla de encaje, colgada de los travesaños de la cruz.

El estandarte de la Cofradía del "Santísimo Cristo de la Piedad" y el de la Hermandad de "La Virgen de la Soledad" preceden al paso de la "Virgen de la Soledad"

La imagen de la Virgen de la Soledad, que viste rico manto, bordado en plata por las Clarisas de Monforte en el año 1989, sobre trono decorado con flores y flanqueado por cuatro farolas con tulipas, es obra del también artista compostelano don José Rivas. Es obvio que esta imagen de la Virgen sustituyó a otra articulada que se conserva en las dependencias de la Cofradía.


 

[1] DONAPETRY  (íbidem).

[2] ADRÁN GOÁS, Carlos, KAWAMURA KAWAMURA, Yayoi, F. PARDO DE CELA, Santiago, "Cruces parroquiales de la Ribera del Landro", página 93, Instituto de Estudios Viveirenses, Viveiro 2001.

[3] X y Z, seudónimo de don José Pérez Barreiro, artículo titulado "La Semana Santa de Vivero" y publicado en la Revista Pregón del año 1947.

[4] X y Z, artículo citado anteriormente

[5] APSMV, Libro de Cuentas de la Cofradía del Santísimo Rosario (1879-1988), sin foliar, cuentas del año 1952.

[6] APSMV, Libro de Cuentas de la Cofradía del Santísimo Rosario (1879-1988), sin foliar, cuentas del año  1908

Sigue el "Palio de respeto" portado por seis caballeros vestidos de traje obscuro, sin cobijar bajo su tela al Santísimo, como señal de duelo por la muerte del Salvador.

                Los estandartes de la "Venerable Orden Tercera de San Francisco" y de la "Ilustre y Venerable Cofradía de Nuestra Señora del Santísimo Rosario", como instituciones más antiguas de la Semana Santa de Viveiro, desfilan al final, delante de la imagen de la "Virgen de la Soledad". 

El estandarte que representó a la Cofradía del Rosario durante muchos años tenía una lámina pintada por el pintor viveirés Manuel Vidal, quien, por ser pobre y no poder abonar la colación y cuota de entrada en la institución, pintó en 1758 al óleo el medallón que ostentaba[1].

En la actualidad luce elegante y valioso estandarte blanco bordado en oro que data de 1980.   Figura al final de la procesión una representación del clero presidido por el párroco con capa pluvial. Esta procesión, hasta ahora, fue siempre acompañada en la presidencia por la autoridad de mayor rango, tanto civil como militar, que se encuentra en la localidad y vestida de uniforme oficial o de luto.         

La banda municipal de Viveiro, tras la presidencia religiosa, civil y militar, solemniza este desfile interpretando marchas fúnebres y marcando con la caja el ritmo del paso

 

El Encuentro Eucarístico

Esta celebración Pascual no está basada en relato evangélico alguno; tan sólo la tradición de la iglesia lo contempla. Se trata de la primera aparición de Jesús Resucitado a su madre, la Virgen María. Fue regalía  que tuvo la "Cofradía de la Cruz de La Soledad", institución que desapareció en el siglo XVII y cuyo compromiso asumió la "Ilustres y Venerable Cofradía de Nuestra Señora del Santísimo Rosario".

Hasta el año 1851 se realizaba en el claustro dominico y revestía gran solemnidad. Los actos consistían en Misa Solemne, cantada y con sermón. Al momento de entonar el "Gloria" comenzaba un estruendoso repique de campanas hasta el final de la misa. Recordamos que las campanas están mudas desde el "gloria" de la Misa del Jueves Santo, hasta el del día de Pascua. Finalizada la Santa Misa Pascual, se organizaba una procesión con el Santísimo Sacramento manifiesto en la custodia, bajo palio y por el claustro. Tan pronto el Santísimo comenzaba a avanzar por el claustro, salía la Virgen enlutada en dirección opuesta. Al encontrarse, y tras las reverencias oportunas, la Virgen tornaba sus vestimentas de luto en otras de alegría pascual. En ese preciso momento comenzaba otro repique de campanas que se prolongaba hasta la recogida de la procesión[2]. Era obligatorio para los cofrades el asistir vestidos con vistosas libreas y montados a caballo hasta el templo para participar en la misa y procesión con velas y cirios encendidos. El señor Corregidor y los demás autoridades oficiales de la villa, que por tradición eran cofrades natos, acudían ataviados de sus respectivos uniformes.

En la actualidad se celebra la procesión del Santo Encuentro de Jesús Resucitado y a continuación la Misa Solemne del día de Pascua. En la procesión, que este año realizará un recorrido por la parroquia, La Virgen que sale enlutada del templo, se encuentra de frente con el Santísimo portado bajo palio. En este encuentro la Virgen torna sus lutos en festivo y alegre vestido pascual y precede al Santísimo en el desfile hasta el templo.

Algunos datos históricos sobre la Ilustre y Venerable Cofradía de Nuestra Señora del Santísimo Rosario de Viveiro.

Los primeros datos que localizamos sobre la primitiva Cofradía del Santísimo Rosario de Viveiro nos indican que estaba fundada en la parroquia de Santa María del Campo y sus cuentas se compartían con las de la fábrica parroquial[3]. Esta Cofradía celebraba sus funciones en la iglesia parroquial e invertía sus fondos en cultos, procesiones y limosnas. Tenía su fiesta por Corpus Christi y celebraba con solemnidad las fiestas de la Virgen María (Purificación, 2 febrero, Anunciación, 25 marzo, Visitación, 2 julio, Asunción, 15 de agosto y Natividad de Nuestra Señora, 8 septiembre). El miércoles de cada semana celebraba misa rezada y el sábado, cantada. 


[1] Archivo Diocesano de Mondoñedo (ADM) Santa María del Campo de Vivero, 4º Libro de la Cofradía del Santísimo Rosario (1662-1879), f. 133 v.

[2] (ADM), Santa María del Campo de Vivero, 2º Libro de La Cofradía del Rosario (1665-1722), sin foliar.

[3] ADM, Santa María del Campo de Vivero, 1º Libro de la Cofradía del Rosario ( 1593-1667)

Con motivo de la célebre Batalla de Lepanto (7-10-1571) el papa San Pío V (1566-1572) dominico, gran difusor de la devoción a la Virgen del Rosario, a cuyo intercesión se debió victoria tan señalada, proclamó la fiesta de Nuestra Señora de la Victoria de Lepanto y fijó la devoción del rosario prácticamente como la conocemos hoy. El Sumo Pontífice Gregorio XIII (1572-1585) mediante la bula "Monet Apostólicus" (1-4-1573) estableció la fiesta oficial de la Virgen del Rosario el 7 de octubre y concedió gran número de indulgencias a los cofrades[1]. Con el encargo que los sumos pontífices hacen a los frailes dominicos, responsabilizándolos de las cofradías, tanto en su funcionamiento como en su difusión, surgen por toda la comarca de Viveiro numerosas Cofradías del Rosario que celebran las fiestas de la Virgen, procesiones  y los actos de la pasión (como en Galdo y Gerdiz). 

Así fue como en el convento de Santo Domingo de Vivero se funda la Ilustre y Venerable Cofradía de Nuestra Señora del Santísimo Rosario, cuyas constituciones originales, por desgracia, no llegaron hasta nosotros.

Esta Cofradía tuvo, pues, desde dicha época, su sede en el demolido convento de Santo Domingo. Su retablo, presidido por la hermosa imagen de Nuestra Señora del Rosario, que todavía se venera en la parroquial de Santa María del Campo, regalo del caballero inglés don Juan Dutón, ocupó el lado de la epístola de la capilla mayor  del convento dominico. En dicho altar la Cofradía celebraba misa rezada todos los miércoles y cantada todos los sábados, además de las festividades de la Santísima Virgen.

El presidente de la Cofradía era el Corregidor de la Villa y su capellán, el Prior del Convento de Santo Domingo, estaba gobernada por un mullidor (cofrade que preveía, organizaba y disponía todos los actos y celebraciones) y dos mayordomos; uno de caudales, otro de la cera. Reunía Cabildo en la Sala Capitular del convento de Santo Domingo y celebraba sus procesiones por el claustro el primero, segundo y tercer domingo de mes. Para ingresar en la Cofradía se exigía presentación previa y dar fianzas de poder  abonar la cuota o caridad de entrada, obligándose a cumplir con los deberes religiosos y a servir a la Cofradía como Mayordomo el año que le correspondiera. Todo cofrade entrante tenía que pagar una colación a todos los demás.

Allí se mantuvo dicha Cofradía, coexistiendo con la de Santa María en la misma localidad. Hasta que en el año 1851, por la demolición del convento dominico, se incorporó la Cofradía a la Parroquia de Santa María. El retablo de la Cofradía, pasó a ocupar el ábside románico, hasta  que en 1901 fue sustituido por el actual, construido en Mondoñedo en los talleres de D. Pascual Rubiños.                 

 

Carlos Adrán Goás

Fuentes

Manuscritas

                Archivo Diocesano de Mondoñedo (ADM)

                Archivo Parroquial de Santa María del Campo de Viveiro (APSMV)

Bibliográficas

ADRÁN GOÁS, Carlos, KAWAMURA KAWAMURA, Yayoi, F. PARDO DE CELA, Santiago, "Cruces parroquiales de la Ribera del Landro", página 93, Instituto de Estudios Viveirenses, Viveiro 2001.

BALLESTER, Rafael, "Historia de España", Barcelona 19243

CEBRIÁN FRANCO, Juan y otros, "María en los pueblos de España", tomo II, "Guía para los Santuarios marianos de Galicia", Ediciones Encuentro, Madrid 1989

DONAPETRY IRIBARNEGARAY, Juan, "Historia de Vivero y su Concejo", A. Santiago, Vivero 1950.

FERRANDO ROIG, Juan, "Iconografía de los Santos", Ediciones Omega S. A., Barcelona 1950

FIORES, Stéfano y MEO, Salvatore, "Nuevo Diccionarios de Mariología", Edizioni San Paolo, Roma 19864

GIORGI, Rosa, "Los Santos" (traducción de Carmen Muñoz del Río), Electa, Barcelona 2002

LEFEBVRE, Gaspar O.S.B, (traducción del P. Germám Prado, monje benedictino de Silos, "Misal Diario y Vesperal", Desclee de Brouwer y Cia. Brujas (Bélgico) 1938

PARDO VILAR, Aureliano, "El Convento de Santo Domingo de Vivero", Boletín de la Comisión del Museo y Comusión de Monumentos de Lugo

PÉREZ, Nazario S-I. "Historia Mariana de España", 2 tomos, Kadmos, Salamanca 1993

VESGA CUEVAS, Juan, "Las Advocaciones de las imágenes marianas veneradas en España", CESPUSA, Valencia 1988

X y Z, (seudónimo del sacerdote vivariense don José Pérez Barreiro), "Iconografía mariano-vivariense” , artículo publicado en el tomo II de "Estampas de Vivero" e Miscelánea de Publicaciones del profesor Dr. E. Chao Espina, A. Santiago, Vivero 1954.            


 

[1] VESGA CUEVAS, Juan, "Las Advocaciones de las imágenes marianas veneradas en España",  página 107, CESPUSA, Valencia 1988